Sobre mí

¡Hola! Soy Rocío, nací en 1983 en la bonita ciudad de Cartagena (Murcia) y es en ella donde crecieron mis raíces y ramas. Te cuento un poco de mi historia de vida por si al leerme sientes sincronicidad.
El amor por la fotografía me ha acompañado toda la vida. Siempre fui una niña creativa, sensible y amante de los animales. Eso me hacía coger la cámara de carrete que había en casa y pasar la tarde haciendo fotos a mis perros.
El amor por la fotografía continuó y con mi primer sueldo me compré mi primera cámara digital, y en 2009 mi primera Réflex. No fue hasta el año 2011, durante mi embarazo, cuando en un arranque de fidelidad hacia mí dejé mi trabajo fijo de vigilante de seguridad y la oposición de policía que me estaba preparando, para convertir mi afición por la fotografía en mi vocación profesional.
Esto me llevó a ser la primera fotógrafa de la Región especializada en la fotografía artística de recién nacidos. Mi hijo ha sido desde ese momento mi mayor fuente de inspiración.



El año 2015 marcó mi vida. Me divorcié y vi enfermar y fallecer a mi amiga del alma. Estaba inmersa en mis procesos de duelo, cuando en un intento por soltar y sanar empecé a hacerme autorretratos. Gracias a su poder terapéutico comencé a conocerme. Empecé a SER en libertad.



En 2020, sacudida por la pandemia, descubrí mi propósito de vida escondido tras los autorretratos, y estudié un master de coaching y PNL con el que ayudo a otras personas a mejorar su autoestima a través de la fotografía, y a potenciar su marca personal con mis sesiones.
En este autorretrato estamos mi yo de 1984 y mi yo de 2020. Siento que mi mayor éxito trabajando con niños es que ella sigue muy viva dentro de mí.

Cada crisis personal que he vivido no solo vino a sacarme de los lugares cómodos donde ya no crecía, si no que al ser mi propia marca, ella también se transformaba conmigo. He tenido que dejar atrás sesiones que ya no funcionaban y con las que no estaba en coherencia, pero eso dejó espacio para la parte más creativa que habitaba dentro de mí; el fotobordado.
Con él aprendí que somos un sistema unido por hilos invisibles. Que se le puede dar un nuevo significado a una fotografía interviniéndola con aguja e hilo. Que es un arte milenario y ancestral. Y que gracias a él, por fin me considero artista.



No podía terminar de hablarte sobre mí sin hacerlo también de ellos; mis maestros.
Lua, fue mi compañera durante 13 años y con ella aprendí tras su marcha de la importancia de dar visibilidad al duelo animal y que las conexiones van más allá de la piel y de esta vida.
Alfa, llegó en 2021 a cambiar todas mis creencias sobre los gatos y me enseñó que un paseo matutino con Lua puede reescribir la historia de una familia.
Ónix, es mi arcoíris tras la tormenta, mi gato de bruja soñado y ha venido a enseñarme del amor y la paciencia.
Espero que si has llegado hasta aquí hayas sentido la sincronicidad que se necesita para que creemos algo juntas/os.
Abrazo
Rocío